Ante un sismo de grandes dimensiones como el de 1985, la Ciudad de México debe temer menos por los rascacielos que se han edificado en zonas sensibles y más por los edificios que no han sido revisados desde entonces, por los inmuebles habitacionales sin mantenimiento y por las cientos de miles de casas de autoconstrucción edificadas hace medio siglo, aseguró el titular del Instituto para la Seguridad de las Construcciones, Renato Berrón Ruiz.
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