En la costa guerrerense, en el Pacífico mexicano, hay una zona conocida como la Brecha de Guerrero, que va de Acapulco a Papanoa, donde hace más de 100 años no se producen sismos de magnitud significativa (mayor a 7).
Como parte del proyecto “Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en la costa del Pacífico mexicano para la mitigación de desastres”, de la UNAM e instituciones japonesas, ahí se instalará, por primera vez en nuestro país, una red sismogeodésica en tierra y mar.
Este trabajo, que concluirá en marzo de 2021, ya ha dado sus primeros resultados. Vala Hjörleifsdóttir, también investigadora del Instituto, señaló que se consiguieron los instrumentos científicos para el proyecto y ya llegaron los primeros, que serán instalados en el mar este mismo año.
La probabilidad de que ocurra un terremoto en un lugar específico depende de qué tan acopladas estén las placas tectónicas. En este caso, la de Cocos subduce (se mueve) por debajo de la Norteamericana, “así que lo cuantificaremos, para entender qué tanta energía se acumuló”. También, se analizará la composición de la corteza oceánica, entre otros aspectos.
http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2017_236.html