Un sismo cómo el que cimbró la capital del país el 19 de septiembre de 1985, podría volver a ocurrir hasta en un periodo de cien años, proveniente de un epicentro similar, aunque esto no excluye la posibilidad de que antes suceda otro con origen distinto.
De manera que, «aproximadamente pues tenemos tiempos similares entre un sismo y otro, y depende de la zona, estamos hablando de 30 años, 70 años, 100 años, pero no sólo es de la zona, sino de las características de un sismo». Aunque no siempre un alertamiento es posible, y cuando se da, «debemos tomar en cuenta que si tenemos un alertamiento no sabemos realmente cuanto tiempo tenemos antes de que lleguen las ondas sísmicas», señala Pérez Campos.
Así, puede pasar más de un minuto o incluso nada de tiempo tras el alertamiento para sentir un sismo, cuando «el epicentro se encuentra muy cercano a nosotros, entonces estarían llegando primero las ondas antes que la alerta».