En los sismos de 1985, el centro de la ciudad fue prácticamente devastado. En todo el DF no hubo lugar donde más se haya sentido el movimiento. El eje central quedó bloqueado por edificios colapsados y era imposible transitar en coche.
Para el metro se había esperado lo peor: derrumbes, muertos y fallas graves. La sorpresa fue cuando las líneas del metro seguían funcionando; de hecho, los usuarios que viajaban en él ni siquiera sintieron el temblor; y durante días la línea 2 fue el único medio eficaz para trasladarse por la zona centro.
¿A qué se debió este éxito en la construcción del metro? Principalmente, a que fue construido sobre un terreno pantanoso, donde una construcción de ese tipo invariablemente flotará.
Para iniciar la construcción se utilizaron los famosos muros Milán. Consiste en hacer excavaciones paralelas, profundas y angostas en la superficie, para después rellenarlas. Lo que queda es un muro resistente, capaz de contener el peso del terreno que los rodea.
Entre los dos muros, se hace la excavación completa y ahí se construyen las instalaciones del metro. Así que la obra terminada, siempre queda flotando. En algunas partes del proyecto, se fomentó la construcción de pequeños edificios alrededor, para que compensaran parte del peso que se empujaba hacia arriba, debido al principio de Arquímedes.
Cuando viaje en metro, recuerde que estará a salvo de los temblores, sólo esperemos que no falle la energía eléctrica, o que lo asalten, o que se descarrile el convoy.
http://vivirmexico.com/2006/06/el-metro-y-los-sismos