Oda a Valparaíso de Pablo Neruda

Neruda en sus “Odas elementales” escribió un poema, en el que sus palabras dibujan escenas del sufrimiento de la ciudad de Valparaíso,  cuando un fuerte terremoto la sorprendió el jueves 16 de agosto de 1906,  cerca de las 8 de la noche.

La poesía no sólo refleja las cosas que conmueven a los poetas, también es un medio para  expresar los sentimientos que la naturaleza les provoca. Así lo plasmó  el poeta Pablo Neruda, nacido en uno de los países más sísmicos del mundo: Chile.

Fuente poema: http://www.neruda.uchile.cl/obra/obraodaselementales9.html

“Las Ruinas de México” poemas de José Emilio Pacheco sobre el sismo del 85

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Para los que ayudaron, gratitud eterna, homenaje

Cómo olvidar —joven desconocida, muchacho anónimo,

anciano jubilado, madre de todos, héroes sin nombre—

que ustedes fueron desde el primer minuto de espanto

a detener la muerte con la sangre

de sus manos y de sus lágrimas;

con la conciencia

de que el otro soy yo, yo soy el otro,

y tu dolor, mi prójimo lejano,

es mi más hondo sufrimiento

Para todos ustedes, acción de gracias perenne

Porque si el mundo no se vino abajo

en su integridad sobre México

fue porque lo asumieron

en sus espaldas ustedes

Ustedes todos, ustedes todas, héroes plurales,

honor del género humano, único orgullo

de lo que sigue en pie sólo por ustedes

Reciba en cambio el odio, también eterno, el ladrón,

el saqueador, el indiferente, el despótico,

el que se preocupó de su oro y no de su gente,

el que cobró por rescatar los cuerpos,

el que reunió fortunas de quince mil millones de escombros

donde resonarán por siempre los gritos

de quince mil millones de muertos

“Las Ruinas de México”, los poemas de José Emilio Pacheco sobre el sismo del 85

Poesía sísmica

Poema: El puño en alto

Te invitamos a leer las publicaciones con el tema de sismos que es tomado como materia central en poemas, citas y frases en la literatura de México y del mundo.

En esta primera entrega te presentamos el Poema: «El puño en alto»del escritor y periodista mexicano Juan  Villoro Ruiz. Publicado en su columna del periódico Reforma y en su cuenta de twitter.

Tres días después del sismo del 19 de septiembre de 2017, Villoro nos regala un poema para tener fe y esperanza en esos días tan difíciles para los mexicanos, donde una vez más demostramos nuestra gran solidaridad.
El puño en alto

Eres del lugar donde recoges
la basura. 
Donde dos rayos caen
en el mismo sitio. 
Porque viste el primero,
esperas el segundo. 
Y aquí sigues. 
Donde la tierra se abre
y la gente se junta. 

Otra vez llegaste tarde:
estás vivo por impuntual,
por no asistir a la cita que
a las 13:14 te había
dado la muerte,
treinta y dos años después
de la otra cita, a la que
tampoco llegaste
a tiempo. 
Eres la víctima omitida. 
El edificio se cimbró y no
viste pasar la vida ante
tus ojos, como sucede
en las películas. 
Te dolió una parte del cuerpo
que no sabías que existía:
La piel de la memoria,
que no traía escenas
de tu vida, sino del
animal que oye crujir
a la materia. 
También el agua recordó
lo que fue cuando
era dueña de este sitio. 
Tembló en los ríos. 
Tembló en las casas
que inventamos en los ríos. 
Recogiste los libros de otro
tiempo, el que fuiste
hace mucho ante
esas páginas. 

Llovió sobre mojado
después de las fiestas
de la patria,
Más cercanas al jolgorio
que a la grandeza. 
¿Queda cupo para los héroes
en septiembre? 
Tienes miedo. 
Tienes el valor de tener miedo. 
No sabes qué hacer,
pero haces algo. 
No fundaste la ciudad
ni la defendiste de invasores. 

Eres, si acaso, un pordiosero
de la historia. 
El que recoge desperdicios
después de la tragedia. 
El que acomoda ladrillos,
junta piedras,
encuentra un peine,
dos zapatos que no hacen juego,
una cartera con fotografías. 
El que ordena partes sueltas,
trozos de trozos,
restos, sólo restos. 
Lo que cabe en las manos. 

El que no tiene guantes. 
El que reparte agua. 
El que regala sus medicinas
porque ya se curó de espanto. 
El que vio la luna y soñó
cosas raras, pero no
supo interpretarlas. 
El que oyó maullar a su gato
media hora antes y sólo
lo entendió con la primera
sacudida, cuando el agua
salía del excusado. 
El que rezó en una lengua
extraña porque olvidó
cómo se reza. 
El que recordó quién estaba
en qué lugar. 
El que fue por sus hijos
a la escuela. 
El que pensó en los que
tenían hijos en la escuela. 
El que se quedó sin pila. 
El que salió a la calle a ofrecer
su celular. 
El que entró a robar a un
comercio abandonado
y se arrepintió en
un centro de acopio. 
El que supo que salía sobrando. 
El que estuvo despierto para
que los demás durmieran. 

El que es de aquí. 
El que acaba de llegar
y ya es de aquí. 
El que dice "ciudad" por decir
tú y yo y Pedro y Marta
y Francisco y Guadalupe. 
El que lleva dos días sin luz
ni agua. 
El que todavía respira. 
El que levantó un puño
para pedir silencio. 
Los que le hicieron caso. 
Los que levantaron el puño. 
Los que levantaron el puño
para escuchar
si alguien vivía. 
Los que levantaron el puño para
escuchar si alguien
vivía y oyeron
un murmullo. 
Los que no dejan de escuchar.
Juan Villoro

22 Sep. 2017

https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/editoriales/editorial.aspx?id=120530&md5=172fc9d25f7b14973ef62559ef094509&ta=0dfdbac11765226904c16cb9ad1b2efe&lcmd5=57e7df95786271f492d2b47baf4a9d22

 

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 TU

Siempre te veía… sin mirarte,

el tiempo continuo  su paso,

pero  un día estremeciste,

igual que un gran temblor

mi alma…y mi cuerpo;

entonces te observé,

eras para mí.

RMT.

Colaboradora del CIRES, A.C.