
Por la noche del 14 de enero de 1931, acontece uno de los sismos más devastadores en los Valles Centrales y Sierra Sur de la Verde Antequera, (Oaxaca), con magnitud de 7.8.
Los daños
El sismo destruye un templo católico en Miahuatlán, en el que se encontraban más de 50 personas. Los derrumbes de casas de adobe, mansiones, comercios, iglesias y edificios públicos, provocaron la muerte de aproximadamente 10 mil personas, adicionalmente la migración a otros estados de la República redujeron la población a un 30%. Se calcula que la población en la Verde Antequera tenía 30 mil habitantes.

Fuente: Cuenta de Facebook Oaxaca Cultural
Escritores como Miguel Ángel Chávez Romero, afirman que uno de los edificios severamente dañado fue el Convento de San Francisco que funcionaba como hospital.
Los documentos de la Casa de la Ciudad señalan que se calcula que hasta el 95% de las viviendas de la ciudad quedaron inutilizables.
Las consecuencias del terremoto fueron terribles para todo el estado, especialmente para su capital: rabia, dolor, hambre, el cólera, miseria y migración.
Paradójicamente, el cementerio de San Miguel ubicado al oriente de la ciudad, afectado por el movimiento de tierra, dejó expuestos restos humanos, entre ellos los de Macedonio Alcalá, autor del vals: “Dios nunca muere”, considerado el himno regional de los oaxaqueños.
Vídeo de Crisara Televisión
Acciones para mitigar los estragos sociales y económicos
En el Archivo General del Estado de Oaxaca se cuenta con documentación en la que el Departamento de la Estadística Nacional, a cargo de Rogelio R. Santaella y por instrucción del entonces presidente Pascual Ortiz Rubio, se instruye recabar información para iniciar estudios y estadísticas para cuantificar los daños sociales y económicos, así como detectar las necesidades de los habitantes del estado, para esta iniciativa se forma el 8 de junio el Comité Central Director de los Trabajos Censales de los Sismos. Se llevaron a cabo censos en las poblaciones de cada municipio respecto a los daños de bienes inmuebles, materiales de construcción y número de heridos. Sin embargo la ayuda tardó en llegar y los habitantes sufrieron mucho. Las familias vivían en la vía pública, ya sea por haber perdido su vivienda o por las réplicas que siguieron y causaron temor.
Sismo llevado al cine
Casualmente el cineasta Sergei M. Eisenstein se encontraba en la Ciudad de México produciendo la película: “¿Qué viva México!”. Al enterarse del terremoto voló a Oaxaca el 16 de enero de 1931 y desde el avión tomó fotografías de la ciudad. Posteriormente con su cámara comenzó a grabar el desastre ocurrido tras el fenómeno natural y en ese momento ocurrió otro terremoto, su cámara grabó “El desastre en Oaxaca” que se convirtió en un documental.
https://www.oaxaca.gob.mx/ageo/1931-formacion-del-comite-central-y-comite-local-de-sismos/
https://imparcialoaxaca.mx/oaxaca/111367/87-anos-despues-oaxaca-olvida-la-tragedia/