
Cuando hablamos de la duración de un sismo se puede entender de tres maneras diferentes:
1) El lapso en el que el ser humano percibe de manera clara el movimiento del suelo.
2) El intervalo desde el inicio hasta el final de movimiento a nivel de suelo, medido por instrumentos o a partir de registros de aceleración o velocidad.
3) La duración del proceso de ruptura o dislocación súbita de las placas.
El instante de inicio y término de un sismo son detectados por los sismómetros de manera muy precisa, y una persona sólo percibe la parte más intensa del movimiento provocado por un sismo; así, el ser humano, percibirá un tiempo bastante menor al que registre el aparato.
Por otro lado, también hay factores que influyen en la duración de un sismo:
1) La distancia al epicentro, es decir, una persona lo sentirá dependiendo qué tan lejos o cerca se encuentre de ahí.
2) El tipo de terreno, ya que no es lo mismo estar en terreno arcilloso que en suelo originado de material volcánico.
3) Y por último el tipo de construcción en el que nos encontremos, el sismo se percibirá diferente sí nos encontramos en la vía pública o en un inmueble e incluso el nivel de éste (planta baja, primer, piso, segundo piso, etcétera).