El 26 de diciembre de 2004 ocurrió uno de los desastres naturales más devastadores de la historia moderna: un terremoto en el océano Índico, que generó un tsunami y afectó a varios países de Asia y África.
A las 7:58 de la mañana, hora local, un fuerte sismo de magnitud 9.1 sacudió el fondo del mar frente a la costa de Sumatra, Indonesia. Su epicentro se localizó a unos 250 kilómetros al suroeste de Banda Aceh, a una profundidad aproximada de 30 kilómetros bajo el océano Índico.
El movimiento fue tan intenso que duró más de 10 minutos y fue percibido en lugares tan lejanos como Bangladés, India, Sri Lanka, Tailandia y hasta en África oriental. Fue uno de los sismos más potentes registrados en la historia del planeta.
El enorme desplazamiento del suelo marino provocó una serie de olas gigantes, conocidas como tsunami, que alcanzaron velocidades de hasta 800 kilómetros por hora en mar abierto. Minutos después del sismo, estas olas golpearon las costas cercanas con una altura que en algunos lugares superó los 30 metros.
Las olas arrasaron pueblos, ciudades y playas turísticas enteras. Países como Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia fueron los más afectados, pero el tsunami también llegó hasta Somalia y Kenia, en el continente africano.
Las consecuencias fueron trágicas. Se calcula que más de 230 mil personas murieron, 500 mil resultaron heridas y millones quedaron sin hogar. Muchas víctimas eran turistas que se encontraban vacacionando por las fiestas de fin de año.
Las ciudades costeras quedaron completamente destruidas, las comunicaciones se interrumpieron y la ayuda internacional tardó en llegar debido a la magnitud del desastre.
Después del gran terremoto, hubo decenas de réplicas, algunas con magnitudes superiores a 7.0.
Una de las principales razones por las que el desastre fue tan mortal es que no existía un sistema de alerta temprana de tsunamis en el océano Índico.
En muchas regiones, la gente no entendía el peligro cuando el mar retrocedía antes de la llegada de las olas. Si hubiera existido un sistema de detección y aviso, miles de personas podrían haber evacuado a tiempo.
Tras la tragedia, se desarrolló un Sistema de Alerta de Tsunamis del Océano Índico, inspirado en otros mecanismos como los existentes en el Pacífico.
Este tipo de sistemas detectan los movimientos sísmicos en tiempo real y emiten avisos que permiten evacuar zonas de riesgo antes de que llegue el peligro.
Fuentes:
https://www.gob.mx/cenapred/articulos/las-lecciones-del-gran-tsunami-del-oceano-indico




