Después de los sismos de 1985, un grupo de expertos de México, Estados Unidos y Francia; se reunieron para señalar las posibles aportaciones para investigar y tener mejor conocimiento de los sismos en la Ciudad de México, es así que se despliegan iniciativas de instituciones para llevar a cabo las sugerencias. Una de ella fue: la “oportunidad del diseño e instalación de un arreglo tridimensional denso de acelerógrafos en la Ciudad de México para determinar, con fines técnicos, la naturaleza de la propagación de las ondas sísmicas”, el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico tuvo la iniciativa de realizar la gestión para llevar a cabo esta aportación, así de manera formal inicia el proyecto de la Red Acelerógrafica de la Ciudad de México (RACM), en el mes de julio de 1987.
Desde hace 36 años, la RACM ha obtenido datos sobre características y la aceleración del suelo, proporcionando información para generar mapas de riesgo sísmico, reglamentos orientados al diseño y construcción de edificaciones sismo resistentes en la CDMX. Además de contribuir a la investigación sísmica para que especialistas de México y el mundo elaboren estudios sobre mecánica de suelos.

