Los edificios construidos a base de fardos de paja cubiertos con barro, como los de los kibbutz en la zona israelí de Lotán, demuestran que no sólo son resistentes al fuego, sino también son a prueba de terremotos.
Es así que Israel piensa en exportar esta idea a los aldeanos nepaleses para la reconstrucción, a partir de materiales renovables y técnicas antiguas, tras el terremoto del pasado 25 de abril.