Recuerda nuestra entrega anterior que fue sobre el origen de los terremotos según la mitología en Siberia.
En esta serie seguimos explorando el origen de los sismos desde diferentes mitologías, en esta ocasión nos adentramos a la cultura mexica.
Desde hace mucho tiempo, los sismos han causado miedo y asombro. Antes de que existieran las explicaciones científicas, los pueblos antiguos creaban historias para entender estos fenómenos naturales. Una de las más interesantes es la que contaban los aztecas.
Según la mitología azteca, la Tierra tiembla por culpa de un dios muy poderoso llamado Tezcatlipoca o también conocido como Tepeyollotl y por la historia de los cinco soles, que representan cinco etapas diferentes del mundo.
Los aztecas creían que el mundo había sido creado y destruido varias veces. Cada vez que terminaba una era, un nuevo “sol” (un nuevo mundo) nacía. Uno a uno de los soles terminaba de una forma distinta: con fuego, viento, agua y uno, con terremotos.
El Quinto Sol, que es el mundo en el que vivimos ahora, está bajo el cuidado del dios Tonatiuh, el Sol actual. Pero también se creía que este mundo terminaría por un gran terremoto. Los aztecas decían que los sismos ocurren porque los dioses están molestos o porque el mundo se está acercando a su final. Uno de los dioses más relacionados con estos movimientos es Tezcatlipoca, un dios del cielo nocturno, el misterio y el caos.
A veces, los temblores eran señal de que los dioses necesitaban sacrificios o respeto. Por eso, los aztecas hacían ceremonias para mantenerlos contentos.
Otra historia cuenta que la Tierra es un ser vivo. Su nombre es Tlaltecuhtli, una diosa con forma de monstruo. Cuando los dioses la partieron en dos para crear el cielo y la tierra, ella se quedó enojada y con hambre.
Según esta leyenda, cuando tiembla la Tierra, es porque Tlaltecuhtli se está moviendo o pidiendo sangre. Por eso, los temblores también eran vistos como recordatorios del poder de esta diosa.
Para los aztecas, los temblores no eran solo movimientos del suelo, sino mensajes del cielo. Eran advertencias de los dioses o señales del destino del mundo. Aunque hoy sabemos que los sismos se deben al movimiento de las placas tectónicas, estas leyendas nos muestran cómo las antiguas culturas trataban de comprender los misterios de la naturaleza.
Fuentes:
https://pueblosoriginarios.com/meso/valle/azteca/piedra/5soles.html
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