La Oficina para la Reducción de Riesgos de Desastres de las Naciones Unidas (UNDRR), indica que la vulnerabilidad es “la incapacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante, o la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido un desastre”. Así las personas que viven en lugares con riesgo sísmico como México, son más vulnerables que las que habitan en zonas en las que no tiembla, como la Antártida o en Siberia, Rusia.
En el caso de los sismos, la vulnerabilidad sísmica depende de diferentes factores, entre ellos las condiciones de las construcciones, la ubicación en zonas donde los sismos se generan o pueden llegar a provocar daños, la capacidad de respuesta de la población, etc.
“Es probable que una casa de madera, a veces tenga menor peligro de derrumbarse ante un sismo, pero ser más vulnerable a un incendio o un huracán”.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) tiene instrumentada la costa del Pacífico mexicano con 96 sensores que monitorean el territorio de los estados que son más vulnerables a la presencia de sismos en la zona de subducción de la Placa de Cocos y Placa de Norteamérica, abarcando los estados de Jalisco, Colima, Michoacán Guerrero, Oaxaca y Puebla. Cabe destacar que SASMEX, a través del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES, A. C.) es parte de los protocolos de protección civil en la CDMX, pertenece al Sistema Nacional de Alertas dentro del rubro de los Sistemas de Alertas Tempranas; y se integra al Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).
El aprovechamiento de SASMEX requiere que la comunidad esté bien organizada e informada, para saber qué hacer ante un sismo; ya que es menos vulnerable que una comunidad que no tiene capacidad de respuesta. Las autoridades de protección civil promueven los simulacros para estar preparados, infórmate y participa.
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