La Red Acelerográfica de la Ciudad de México (RACM) tiene su origen después de los sismos de 1985, cuando expertos de México, Estados Unidos y Francia; se reunieron para buscar posibles acciones para investigar y tener mejor conocimiento de los sismos en la Ciudad de México, es así que se despliegan iniciativas de instituciones para llevar a cabo las sugerencias. Una de ella fue: la “oportunidad del diseño e instalación de un arreglo tridimensional denso de acelerógrafos en la Ciudad de México para determinar, con fines técnicos, la naturaleza de la propagación de las ondas sísmicas”, el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES, A. C.) inició el proyecto de la conformación de la RACM para llevar a cabo esta tarea en 1987.
Desde hace 37 años, la RACM ha obtenido datos sobre características y la aceleración del suelo, proporcionando información para generar mapas de riesgo sísmico, reglamentos orientados al diseño y construcción de edificaciones sismo resistentes en la CDMX e investigación de mecánica de suelos realizadas por especialistas. Tal es el caso del Dr. Francisco Sánchez Sesma, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México, que ha realizado un estudio llamado: “Uso de registros históricos de aceleraciones de la RACM como campos difusos generalizados para hacer tomografía del Valle de México”, en el cual se pretende tener información más a detalle de cómo está integrado el suelo de la ciudad y así contribuir a la caracterización del peligro sísmico y optimizar los diseños estructurales de las edificaciones que se construyan.
